Cuando Cierro los Ojos Te Puedo Ver

La historia se centra en Ana, una mujer cuya vida da un vuelco radical tras sufrir un accidente.

Detallemos la narrativa que se despliega a lo largo del libro.

El evento traumático no solo la deja ciega, sino que también la desarma emocional y psicológicamente, sumiéndola en un estado de profunda incertidumbre.

La trama comienza con su diagnóstico y el impacto devastador que este tiene en su vida cotidiana.

Su hogar, que antes era un refugio de seguridad y familiaridad, se convierte en una prisión, y sus actividades diarias, como trabajar o incluso realizar tareas sencillas, se vuelven imposibles.

La novela no idealiza el proceso de adaptación; describe con honestidad la frustración, la rabia y la profunda sensación de pérdida que Ana experimenta.

A medida que Ana se enfrenta a esta nueva realidad, recibe el apoyo incondicional de un grupo de amigos y conocidos que, a pesar de su propia dificultad para comprender su situación, se comprometen a ayudarla en todo lo posible.

Estos personajes representan la importancia de la comunidad y el vínculo humano en momentos de crisis.

Sin embargo, la adaptación de Ana no es un camino de rosas.

Enfrenta numerosos obstáculos y desafíos, desde el aprendizaje de nuevas habilidades, como la orientación y el desplazamiento, hasta la lucha contra la discriminación y la incredulidad de quienes la rodean.

Franke explora, además, los aspectos psicológicos de la pérdida de la visión, incluyendo el duelo, la ansiedad y la depresión, mostrando la importancia de la ayuda profesional y el autocuidado.

El desarrollo de la trama se centra en el viaje personal de Ana, marcada por una serie de hitos importantes.

Inicialmente, se muestra desorientada y asustada por su nueva realidad.

Se muestra insegura al intentar realizar tareas cotidianas, incluso con la ayuda de sus amigos.

Su principal preocupación es perder su independencia y sentirse inútil.

El libro detalla meticulosamente el proceso de adaptación que experimenta, desde el aprendizaje del uso de un bastón y la adquisición de nuevas habilidades hasta la aceptación de su nueva realidad.

La novela no solo describe las dificultades físicas que enfrenta Ana, sino también los desafíos emocionales y psicológicos que conlleva la pérdida de la visión.

A medida que avanza la historia, Ana comienza a encontrar una nueva forma de vivir, descubriendo talentos y habilidades que antes desconocía.

Aprende a valorar las otras sensaciones, como el tacto, el oído y el olfato, desarrollando una percepción del mundo más profunda y completa.

Su amistad con otros personajes ciegos, que le proporcionan apoyo y motivación, también juega un papel fundamental en su proceso de adaptación.

La novela culmina con Ana encontrando un nuevo propósito en la vida, involucrándose en actividades comunitarias y compartiendo su experiencia con otros, convirtiéndose en una fuente de inspiración y esperanza para quienes se enfrentan a desafíos similares.

La clave de la historia es que, a pesar de la adversidad, Ana logra encontrar la fortaleza interior necesaria para seguir adelante.

Opinión Crítica de Cuando Cierro los Ojos Te Puedo Ver (2008) "Cuando Cierro los Ojos Te Puedo Ver" es una obra conmovedora que, a pesar de su temática delicada, está escrita con una sensibilidad y un realismo que la hacen especialmente impactante.

Ursula Franke logra transmitir con maestría la angustia, el miedo y la frustración que experimenta Ana, permitiendo al lector empatizar plenamente con su situación.

La narrativa está bien construida, con un ritmo pausado que permite al lector reflexionar sobre los temas que se plantean.

En cuanto a la narrativa, se vale de un lenguaje sencillo y directo, evitando la grandilocuencia y la sentimentalidad excesiva, lo que resulta más efectivo para transmitir la honestidad de la experiencia de Ana.

El libro es, sin duda, una obra de sensibilización, pero también un ejemplo de cómo la resiliencia humana puede superar incluso las circunstancias más difíciles.

La historia de Ana nos recuerda que la visión no es solo una cuestión de ver; es también una parte de nuestra identidad, de nuestra forma de interactuar con el mundo y de conectar con los demás.

El autor logra evitar caer en estereotipos o clichés, mostrando la complejidad de la experiencia de la ceguera y la diversidad de respuestas que pueden adoptar las personas ante la adversidad.

Se recomienda encarecidamente este libro como una lectura reflexiva y como un llamado a la empatía.

Además, se considera que el libro ofrece una buena herramienta para promover la inclusión y la comprensión de las personas con discapacidad visual. es una obra que conmueve y que te invita a apreciar lo que realmente importa en la vida.