El Aristócrata De Londres

Creo en el cariño.

Pero el cariño parece haberse olvidado de mí. Tengo citas de manera frecuente.

Estoy preparada para dar mil ocasiones a los tíos.

Sencillamente, no encontré al indicado.

Hasta que una mañana de primavera, en medio de una campiña inglesa, un irreconocible prominente y moreno hace aparición de entre de la niebla.

Logan Steele tiene el pelo revuelto, el torso duro y unos labios tan inmejorables que quiero besárselos solo para comprobar que son reales.

Estoy segura de que es pura química lo que vibra entre nosotros.

¿He citado en tanto que es un aristócrata con una enorme fortuna que ha logrado por sí mismo, un multimillonario que trabaja para causas beneficiosas de forma desinteresada? Y es tan espectacular que te deslumbra al mirarlo.

Pero, como he dicho, el cariño parece haberse olvidado de mí.En el momento en que descubro que Logan Steele desea destruir todo lo que me he dedicado a resguardar durante mi vida, esa química desaparece, y la promesa que había florecido en mi pecho se transforma en rabia.

Ahora da igual que me acelere el pulso con solo decir mi nombre, que me debilite las rodillas con un solo roce y que pueda ser el hombre que mejor bese del mundo.

Puede que crea en el cariño, pero Logan Steele no es el hombre indicado para mí.