El Capitalismo Historico
de Immanuel Wallerstein , editorial Siglo Xxi
Resumen del libro El Capitalismo Historico:
Sinopsis de El Capitalismo Historico:
“El Capitalismo Histórico” de Immanuel Wallerstein se erige como una obra monumental en el campo de las ciencias sociales, ofreciendo una perspectiva radicalmente diferente sobre la evolución del capitalismo.
Wallerstein no presenta el capitalismo como una fuerza natural o un desarrollo inevitable, sino como un sistema complejo y dinámico moldeado por procesos históricos, políticos y económicos específicos.
El libro, ahora en su segunda edición (2012), continua siendo relevante en el siglo XXI, proporcionando un marco conceptual potente para comprender las interconexiones globales y las desigualdades que caracterizan nuestro mundo.
Su impacto reside en su capacidad de desmitificar las narrativas lineales del crecimiento económico, obligando a una lectura crítica del desarrollo y la globalización.
La obra se basa en un enfoque estructuralista, lo que significa que Wallerstein analiza el sistema capitalista como un conjunto de relaciones sociales y económicas interconectadas, más que como una serie de eventos aislados.
En lugar de centrarse en las acciones de individuos o empresas, el libro examina las estructuras que subyacen al sistema y cómo estas estructuras han influido en la evolución histórica del capitalismo.
Esta perspectiva es particularmente valiosa para entender la complejidad de las relaciones internacionales, la distribución del poder y la persistencia de las desigualdades a nivel global.
En el corazón de "El Capitalismo Histórico" se encuentra el concepto de Sistema Mundial.
Wallerstein no describe este sistema como una simple red de comercio, sino como una estructura social y económica que se desarrolló a lo largo de los siglos XVI y XVII, y que continúa operando en la actualidad.
Este sistema se basa en la división del trabajo y la especialización, donde ciertas regiones se especializan en la producción de materias primas, otras en la fabricación y otras en los servicios.
La clave del sistema es el Centro, representado históricamente por Europa Occidental (especialmente Gran Bretaña y Francia), que se beneficia de la producción y el comercio de los Periferias.
El libro detalla cómo el sistema capitalista se originó en Europa, impulsado inicialmente por la expansión colonial.
La búsqueda de nuevas fuentes de materias primas y nuevos mercados llevó a los europeos a colonizar vastas regiones de América, Asia y África.
El colonialismo no fue simplemente una empresa de exploración y conquista, sino un componente fundamental del sistema capitalista.
Las colonias proporcionaban las materias primas necesarias para la industria europea y servían como mercados para los productos manufacturados.
Este proceso, a su vez, fue reforzado por la imposición de la esclavitud y otras formas de explotación laboral, creando una estructura de poder global que favorecía al Centro.
Además, Wallerstein analiza la importancia del sistema financiero (especialmente la banca y los mercados de crédito) en la consolidación del sistema capitalista.
El libro analiza la evolución del sistema capitalista en tres etapas principales: la etapa de consolidación (siglos XVI y XVII), la etapa de expansión (siglos XVIII y XIX) y la etapa de crisis (siglo XX y XXI). Durante la etapa de consolidación, el sistema capitalista se estableció en Europa, aprovechando la innovación tecnológica (como la imprenta y la máquina de vapor) y la acumulación de capital.
La Revolución Industrial marcó un punto de inflexión, transformando la producción y creando nuevas oportunidades para la acumulación de capital.
Sin embargo, esta expansión también generó enormes desigualdades y tensiones sociales.
La etapa de expansión se caracterizó por la expansión del sistema capitalista a nivel mundial, impulsada por la conquista colonial y el desarrollo del comercio internacional.
El auge del capitalismo liberal en el siglo XIX, con la liberalización del comercio y la reducción de las restricciones gubernamentales, aceleró el proceso de acumulación de capital y la expansión del sistema capitalista a nuevos territorios.
Wallerstein argumenta que esta etapa estuvo marcada por una creciente interdependencia entre el Centro y las Periferias, donde la demanda de materias primas y productos manufacturados del Centro alimentaba la producción en las Periferias, creando una relación de dependencia.
La globalización en sus inicios, entonces, ya existía como componente esencial de la estructura del sistema.
Opinión Crítica de El Capitalismo Histórico (2º Ed.) (2012): con crítica y recomendaciones “El Capitalismo Histórico” es, sin duda, una obra de gran rigor intelectual y una contribución fundamental al pensamiento crítico sobre el capitalismo.
La noción del “Sistema Mundial” ofrece un marco analítico poderoso para entender la interconexión de los acontecimientos a nivel global y la persistencia de las desigualdades.
Sin embargo, una de las críticas más comunes al libro es su enfoque estructuralista, que puede parecer a veces demasiado determinista.
Si bien es útil para entender las tendencias generales del sistema, a veces puede pasar por alto la agencia individual y la capacidad de los actores sociales para desafiar o transformar las estructuras existentes.
A pesar de esta crítica, “El Capitalismo Histórico” sigue siendo una lectura esencial, especialmente para aquellos que buscan comprender las raíces históricas de los problemas que enfrentamos en el siglo XXI. Se recomienda encarecidamente leerlo con una mente abierta, tomando en cuenta sus premisas y utilizando sus herramientas analíticas para interpretar los eventos actuales.
Se sugiere complementarlo con otras lecturas que aborden las cuestiones de agencia, de los movimientos sociales y de la capacidad de las personas para moldear su propio destino.
Además, la obra se presta especialmente bien para el debate académico y la reflexión crítica sobre los modelos de desarrollo económico y las políticas internacionales.
Es una obra que, aunque desafiante, nos obliga a cuestionar las narrativas dominantes y a buscar alternativas más justas y equitativas.