El Estado Emprendedor
de Mariana Mazzucato , editorial Rba Libros
Resumen del libro El Estado Emprendedor:
Sinopsis de El Estado Emprendedor:
El núcleo del argumento de Mazzucato reside en su diferenciación entre "innovación de mercado" y "innovación de Estado". La "innovación de mercado" se produce cuando la demanda del mercado, impulsada por la competencia, crea un incentivo para que las empresas inviertan en investigación y desarrollo.
Sin embargo, Mazzucato sostiene que esta forma de innovación es a menudo un producto secundario de la inversión pública inicial, que proporciona el conocimiento básico y las infraestructuras necesarias para que las empresas puedan aprovecharlas.
La "innovación de Estado", en cambio, es aquella en la que el Estado actúa como inversor inicial, a menudo asumiendo riesgos que el sector privado evita, proporcionando financiación para proyectos de investigación y desarrollo que tienen un potencial de alto impacto, pero que son considerados demasiado arriesgados por el mercado.
Esto no significa que el Estado debe duplicar a la industria privada; sino que debe invertir en áreas donde el mercado no actúa, en tecnologías disruptivas y en soluciones a problemas complejos.
Mazzucato utiliza ejemplos históricos como el desarrollo de internet, la tecnología de pantalla táctil y el avión a reacción para ilustrar esta idea.
El libro expone que la mayoría de las grandes innovaciones del siglo XX no surgieron de la pura competencia del mercado, sino de investigaciones públicas fundamentales en laboratorios gubernamentales o universidades públicas.
El Departamento de Defensa de Estados Unidos, por ejemplo, financió gran parte de la investigación que llevó a la creación del microchip, una tecnología que ha transformado la economía global.
De igual manera, la tecnología de pantalla táctil, desarrollada por el Laboratorio Nacional de Stanford, fue impulsada por el apoyo gubernamental y el acceso a instalaciones de investigación.
Mazzucato enfatiza que estas inversiones públicas fueron cruciales para la creación de un "capital social" y un "capital físico" que luego fueron aprovechados por el sector privado.
Además, el libro examina cómo las políticas públicas, como los incentivos fiscales, las regulaciones y las compras gubernamentales, pueden ser diseñadas para fomentar la innovación.
No se trata simplemente de financiar proyectos, sino de crear un entorno que incentive la inversión en investigación y desarrollo, y que facilite la colaboración entre el sector público y privado.
Mazzucato argumenta que una visión a largo plazo, que vaya más allá de los ciclos electorales, es esencial para asegurar que las inversiones públicas sean efectivas.
La principal crítica que Mazzucato plantea es a la "falta de atención" que se presta al papel del Estado en la innovación.
La economía neoclásica tradicional ha tendido a sobrestimar la capacidad del mercado para generar innovación, ignorando las contribuciones de losániversities públicas, laboratorios gubernamentales y otras entidades del sector público.
Esta perspectiva ha llevado a un subinversión en las áreas de investigación y desarrollo que tienen el mayor potencial de impacto.
Mazzucato argumenta que el "capital semilla" proporcionado por el Estado es fundamental para la creación de conocimiento, que a su vez es la base de la innovación.
Esta idea se basa en la teoría de la "dependencia de la teoría", que establece que la innovación depende de una base de conocimiento preexistente, que a menudo es proporcionada por el sector público.
Sin esta base, el sector privado no podría innovar.
El libro también explora el concepto de "capital social" como un resultado de la inversión pública en innovación.
Este capital social se refiere a las redes de colaboración, la confianza y el conocimiento que se desarrollan a través de la investigación y el desarrollo.
Estas redes son esenciales para la innovación, ya que facilitan el intercambio de ideas y el desarrollo de nuevas tecnologías.
Al fomentar la creación de capital social, el Estado puede maximizar el impacto de sus inversiones en innovación.
Además, Mazzucucato aboga por un enfoque más "integral" de la política económica, que tenga en cuenta no solo los resultados a corto plazo, sino también los beneficios a largo plazo de la innovación.
Esto implica tomar riesgos calculados, apoyar las industrias emergentes y fomentar la colaboración entre el sector público y privado.
El libro es una llamada a una nueva forma de pensar sobre la relación entre el Estado y la economía, una que reconozca el papel fundamental del Estado en la creación de prosperidad.
Opinión Crítica de El Estado Emprendedor (2014) El libro de Mazzucato es una lectura esencial para cualquiera interesado en comprender la relación entre el Estado y la innovación.
Su argumento, basado en evidencia histórica y análisis conceptual, es convincente y desafiante.
La obra representa un cambio de paradigma en el pensamiento económico, ofreciendo una perspectiva más realista sobre el papel del Estado en la creación de valor.
Sin embargo, no está exenta de algunas críticas y posibles simplificaciones. el libro es muy persuasivo y proporciona ejemplos convincentes que respaldan su argumento.
La forma en que Mazzucato analiza la historia de internet y la tecnología de pantalla táctil es especialmente impactante.
Sin embargo, algunos críticos argumentan que el libro tiende a exagerar el papel del Estado en estas innovaciones, minimizando la contribución del sector privado.
Si bien es cierto que la financiación pública fue un factor importante, el sector privado también desempeñó un papel crucial en el desarrollo y la comercialización de estas tecnologías.
A pesar de esta crítica, la fuerza principal del libro reside en su visión holística de la innovación.
Mazzucato nos recuerda que la innovación no es simplemente el resultado de la competencia del mercado, sino también del conocimiento, la infraestructura y el capital social que son proporcionados por el Estado.
Además, el libro ofrece algunas recomendaciones concretas para que el Estado pueda ser un agente activo en la innovación, como la inversión en investigación básica, el fomento de la colaboración entre el sector público y privado y el diseño de políticas que incentiven la inversión en innovación. “El Estado Emprendedor” es una obra importante que desafía el statu quo y que invita a repensar el papel del Estado en la economía.
Si bien es importante considerar las posibles críticas y simplificaciones, el libro ofrece una perspectiva valiosa y relevante para los responsables de formular políticas públicas, así como para cualquier persona interesada en comprender los mecanismos de la innovación y el crecimiento económico.
Se merece ser considerado como un hito en el debate sobre el rol del Estado en la economía moderna, y nos insta a la acción, promoviendo un futuro donde la innovación y la prosperidad sean impulsadas por una colaboración inteligente entre los sectores público y privado.