El Oso Y El Gato Salvaje

Esa mañana, el oso lloraba.

Su amigo el pequeño pájaro había muerto.

Taló un árbol del bosque y fabricó una caja.

La barnizó con jugo de bayas silvestres.

Rellenó el fondo con petalos de flores.

Entonces, puso de manera delicada a su amigo en el interior.

Se diría que el pequeño pájaro se encontraba sencillamente durmiendo.

Sus plumas coloreadas estaban infladas y su pequeño pico negro, relucía como el ónice.

El oso se encontraba muy triste recordando a su amigo… Un día, dando un paseo, se topó con un gato salvaje durmiendo la siesta en la orilla del río.

A su lado, en la yerba, había una mochila vieja y una caja de manera muy extraña.

Era un violín.

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