El Piano

Un piano descuidado en la playa, la pequeñez de una silueta femenina frente a la inmensidad de la selva neozelandesa o la mujer acampada con su hija, a la noche, bajo el miriñaque de su falda decimonónica son ciertas imágenes que inauguran el relato de El piano (Jane Campion, 1993). La historia sitúa en Novedosa Zelanda un crisis victoriano que enhebra enfrentamientos propios del género un matrimonio forzado, un triángulo amoroso en cuyos individuos masculinos avizora una vertiente sombría, el accionar ambiguo de la pequeña, la tentativa femenina de suicidio- con el imaginario estético de la civilización romántica: la banda sonora compuesta por Michael Nymann, gigantes planos en general de océanos rugientes y bosques frondosos y la existencia de un personaje singular una madre soltera, muda desde pequeña y virtuosa pianista- cuyo criterio vertebra el relato.