La Maquina De Los Memes

Los humanos somos extrañísimos.

De esta manera en que lo hicieron los animales, nuestros cuerpos han evolucionado por selección natural y, sin embargo, son formidablemente diferentes de los cuerpos de los otros seres.

Usamos el lenguaje para estar comunicados, declaramos la guerra, creemos en la religión, sepultamos a nuestros muertos y nos avergüenza la sexualidad.

Consumimos televisión, conducimos automóviles y ingerimos helados.

¿Por qué somos tan sumamente diferentes? De entre todos los animales, los humanos somos los únicos seres capaces de imitar a nuestros semejantes y, por consiguiente, de copiar ideas, prácticas, capacidades, conducta, inventos, canciones e historias: memes, en definitiva.

El término «meme» fue acuñado en 1976 por Richard Dawkins, en las últimas páginas de su obra El gen egoísta.

Los memes, como los genes, son replicantes empeñados en introducirse en muchos cerebros como puedan y en comenzar una competición que da forma a nuestras mentes y a nuestra cultura, de igual forma en que la selección natural ha desarrollado nuestros cuerpos.

Los memes nos hacen: todos los seres humanos somos máquinas de fabricar memes.

Este fascinante y increíble libro concluye con entre las cuestiones mucho más trascendentales con las que debe confrontar el ser humano: la naturaleza del ser, el meollo de la conciencia que siente emociones, que tiene recuerdos y opiniones y que toma resoluciones.

Y de este modo, el fascinante discurso de Susan Blackmore sostiene que ese meollo de la conciencia, el yo interior, no es mucho más que una entelequia, una ilusión creada por los memes en su esfuerzo por autorreplicarse.