Marx: Ontologia del Ser Social
de György Lukacs , editorial Akal
Resumen del libro Marx: Ontologia del Ser Social:
Sinopsis de Marx: Ontologia del Ser Social:
En "Marx: Ontología del Ser Social", Lukács desarrolla una argumentación compleja para demostrar que la base del pensamiento de Marx reside en una comprensión ontológica del ser social.
Lukács sostiene que la ontología marxista se fundamenta en la noción de que la sociedad humana no es un accidente, sino la verdadera realidad ontológica, la forma en que el ser humano se define y se manifiesta.
En lugar de ver al ser humano como un sujeto individual, autónomo y preexistente a la sociedad, Marx (según Lukács) lo concibe como un producto de la interacción social, un ser "social" formado por y en su relación con las fuerzas productivas y las relaciones de producción.
La clave de esta ontología radica en la distinción entre fuerzas productivas y relaciones de producción.
Las fuerzas productivas son los medios materiales con los que los humanos producen bienes y servicios (tecnología, maquinaria, etc.), mientras que las relaciones de producción son las relaciones sociales que se establecen entre las personas en el proceso de producción (clases sociales, relaciones laborales, etc.). Para Lukács, la dialéctica marxista emerge precisamente de la interacción entre estas dos categorías.
No se trata simplemente de un proceso de cambio económico, sino de un proceso de transformación ontológica, donde la forma en que los humanos se relacionan con el mundo material y entre sí se modifica y se transforma.
Esta transformación, según Lukács, es la que define la historia humana.
La obra también aborda la crítica de Lukács al idealismo hegeliano que influyó en Marx.
Si bien Marx inicialmente adoptó elementos del idealismo, Lukács argumenta que Marx se apartó de ello para llegar a una ontología materialista.
El idealismo, según Lukács, tendía a ver la realidad como una construcción mental, mientras que el marxismo, en su forma más pura, exige una comprensión material de la realidad social.
Sin embargo, Lukács no reduce el materialismo a un simple determinismo económico.
La materialidad, para él, no es un mero conjunto de condiciones objetivas, sino que se revela a través de la conciencia y la acción humana.
La “dialéctica hegeliana”, que consideraba Lukács, al comienzo fue una herramienta para comprender la historia, pero luego se convirtió en un problema.
Esta “dialéctica” se entendía como una serie de contradicciones que, al resolverse, conducían a un nuevo nivel de desarrollo.
Para Lukács, esta forma de dialéctica es inadecuada para analizar la sociedad capitalista.
La contradicción no es una simple oposición de ideas o conceptos, sino una contradicción estructural, una tensión interna que reside en la propia naturaleza del capitalismo.
Esta tensión, según Lukács, es la que impulsa la historia y que puede ser comprendida a través de una ontología marxista.
El concepto de "inconsciente de clase" también es central en la argumentación de Lukács.
El inconsciente de clase, para Lukács, no es simplemente un conjunto de ideas o prejuicios inconscientes de la clase trabajadora, sino la forma en que la estructura social del capitalismo se impone a la conciencia individual.
El capitalismo, según Lukács, "es el inconsciente de la clase trabajadora", es decir, el capitalismo forma la conciencia de los trabajadores, haciéndolos percibir su propia situación como una situación normal, como si fueran la naturaleza misma de la realidad social.
Esta “normalidad” esconde la verdadera naturaleza de la explotación y la alienación.
Además de la “inconsciente de clase”, Lukács introduce la idea de la "alienación" en un nivel ontológico.
La alienación, en la teoría marxista tradicional, se refiere a la separación del trabajador de su producto, de su actividad y de su propia esencia.
Sin embargo, para Lukács, la alienación es mucho más profunda y se manifiesta en la forma en que el ser humano se relaciona con el mundo y con otros seres humanos.
La estructura del capitalismo, según Lukács, impone una forma de alienación que afecta a todos los aspectos de la vida humana.
Finalmente, la obra de Lukács está inextricablemente ligada a la praxis revolucionaria.
Para Lukács, la comprensión ontológica de la sociedad capitalista no es solo un ejercicio intelectual, sino que debe conducir a la acción revolucionaria.
Solo a través de una transformación radical de la conciencia y de las relaciones sociales, se puede superar la alienación y construir una sociedad justa y equitativa.
La praxis, en la concepción de Lukács, es el resultado directo de la comprensión ontológica de la realidad social.
Opinión Crítica de Marx: Ontología del Ser Social (2007) “Marx: Ontología del Ser Social” es, sin duda, una obra densa y compleja que exige un esfuerzo considerable por parte del lector.
Sin embargo, la contribución de Lukács a la interpretación del marxismo es invaluable.
Su énfasis en la ontología ofrece una perspectiva más profunda y másrica de la obra de Marx, permitiendo una mejor comprensión de las contradicciones inherentes al capitalismo.
Aunque la terminología puede resultar oscura y el estilo de escritura a veces abstracto, la propuesta de Lukács de que el marxismo debe entenderse como una teoría del ser social es fundamental para la comprensión del capitalismo.
No obstante, la crítica a la “dialéctica hegeliana” como una herramienta de análisis puede parecer excesivamente rigurosa.
Si bien es cierto que la dialéctica, tal como se entendió inicialmente en el marxismo, puede ser reduccionista y centrada en las contradicciones puramente materiales, también ha sido una fuente de gran creatividad y capacidad de análisis.
La dialéctica ha permitido a los marxistas desarrollar una comprensión dinámica y compleja de la historia y de la sociedad.
Una crítica más matizada a la dialéctica, permitiría, quizás, una interpretación más equilibrada del pensamiento de Marx.
En cuanto al concepto del “inconsciente de clase”, aunque es un concepto interesante y provocador, puede ser considerado demasiado determinista.
El inconsciente de clase, como lo describe Lukács, puede causar la impresión de que la clase trabajadora es simplemente un receptor pasivo de la ideología capitalista, sin capacidad de pensamiento crítico o acción revolucionaria independiente.
Es importante recordar que, a pesar de la influencia del capitalismo en la conciencia de los trabajadores, la historia del marxismo ha demostrado que la clase trabajadora ha sido capaz de desarrollar una conciencia revolucionaria y ha liderado cambios sociales significativos.
Finalmente, "Marx: Ontología del Ser Social" sigue siendo una lectura crucial para cualquier persona interesada en comprender la teoría marxista y su relevancia para el mundo contemporáneo.
La obra de Lukács, con sus densas argumentaciones y sus conceptos innovadores, nos desafía a repensar nuestras suposiciones sobre la naturaleza de la sociedad, la historia y la posibilidad de transformación social.
Se trata de una obra que, en última instancia, nos invita a actuar, a construir un mundo más justo y equitativo.