Tres Lindas Cubanas

Una tarde habanera de 1921, el diplomático Miguel Celorio se sentó en el cine Ramplona y, antes de que comenzara la película, vio ingresar a tres lindas y jovencísimas cubanas acompañadas de una sirvienta: la mayor era bellísima, la menor muy inquieta y la mediana... lo conquistó; tímido por naturaleza, Miguel optó por escribirle una carta: sería la primera de las más de trece mil que le escribió, ya casados, a lo largo de su vida.

Esas tres lindas cubanas –la madre y las tías del autor–, Rosa, Virginia y Ana María, sus andaduras e historias, sus ancestros y descendencia, sus exilios y fidelidades, son el eje en torno al que Gonzalo Celorio teje fabulosamente una saga familiar llena de individuos apasionantes, de bonanzas y ruinas, de muertes y amores.

Simultáneamente, los numerosos viajes de Gonzalo Celorio a Cuba desde 1974 nos dejan rememorar las sucesivas etapas del siglo XX cubano.

Vislumbramos de esta forma el día a día de la isla caribeña y sus vaivenes políticos y sociales, gracias a su amor por la localidad de La Habana y a su admiración hacia escritores cubanos como Lezama Lima, Carpentier o Dulce María Loynaz o hacia los de la presente generación de novelistas.

Rosa, Virginia y Ana María, las tres lindas cubanas, título aparte de un danzón, una exiliada en Miami, otra en la localidad de México y otra en La Habana, dan pie al autor para sopesar las diferentes, en ocasiones contrapuestas, y siempre complejas reacciones hacia Cuba.

Tres lindas cubanas, donde se mezclan 2 géneros: la memoria novelada y la crónica de viajes, nos adentra en un lote narrativo nuevo, donde la historia se funde con la novela.

Gonzalo Celorio (México, 1948) estudió lengua y literatura españolas en la Capacitad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México, donde imparte cátedra de literatura iberoamericana desde 1974.

Ha enseñado también en la Universidad Iberoamericana y en el Instituto de México.

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