Casa solla, pepe solla

En el mes de noviembre de 2 mil dieciseis, Casa Solla (Pepe Solla, Galicia, 1 estrella Michelin), cumplirá cincuenta y cinco años de andanza.

Una cantidad mucho más que redonda cerca de la que verá la luz otra de las producciones únicas y mágicas de Pepe Solla, gerente de la segunda generación adelante del lugar.

Hablamos de su primer libro.

Las doscientos cincuenta y seis páginas de la obra ofrecen un viaje por Galicia, la región al nordoeste de España donde se enclava el importante restaurante, por el que se trasciende de los límites de una obra de cocina al empleo.

En su primer libro, el chef propón un paseo culinario que comienza con productores únicos, valientes y en compromiso con su ambiente; y que termina con el comensal. Él es el que, a juicio del chef, da sentido a todo en la gastronomía.

El chef es portaestandarte y enamorado de la tierra de la que procede.

Transporta años conmocionando silenciosamente el panorama culinario gallego y consiguió que este trascienda no solo de las fronteras de la región, sino de las españolas.

Todos los platos que creó llevan consigo su sello personal.

Y todos se encuentran bajo una visión personal y sensato donde no deja de rendir un franco y profundo homenaje a una despensa privilegiada con la que, die, siempre y en todo momento y en toda situación se sentirá en deuda.

De este modo, Pepe Solla muestra una Galicia, su Galicia.

El paseo comienza en montañas, huertos, mercados, ríos y mares.

Hace parada y fonda en un lugar de comidas único.

Y desemboca elegantemente en el paladar de todo el que se siente a su mesa.

Es la manera en la que el chef ayuda a editar lo ancestral en eterno.

Su agradecimiento a una tierra privilegiada con una despensa única que le ha brindado a lo largo de su dilatada y al tiempo prometedora trayectoria.

Todo, con una larga y descriptiva selección de cincuenta de recetas.

Entre ellas, se encuentran habituales que encumbraron al lugar de comidas hace décadas y 2 platos imprescindibles en la culinaria gallega –el pulpo a feira y la empanada- comentados por el chef.

“Keep on rocking, reza entre los tatuajes de Pepe Solla, que se reúne al “55 que tan fundamental es en las páginas de este libro.

El viejo leimotiv rockero prueba que el chef, además de infatigable y ilusionado, es un melómano.